GUILLERMO SANTAMARIA
Guillermo Santa María nació en Envigado – Antioquia, Estudió Artes Plásticas en la Universidad de Antioquia. Y desde 1960 hasta 1970 se desempeñó como Publicista de Cine Colombia.
Sus obras han participado en la Casa de la Cultura de Envigado, en el ( vigésimo segundo ) XXII Salón Nacional de Artes Visuales en Colcultura Bogotá, en la Sala Artistas Populares de Pereira, en la Cámara de Comercio de Medellín, en ISA Intercomunicaciones S.A, en la Galería el Zócalo durante la Segunda Exposición de Pequeño Formato, entre otras.
A Guillermo Santa Maria Lo apasiona la publicidad y la Pintura, es por eso que se ha dedicado a pintar con el alma. Ama las tradiciones antioqueñas, los paisajes campesinos, los pueblos, las historias contadas por los abuelos, la tranquilidad que se respira al escuchar el silbido de los pájaros, los arroyos y la música colombiana.
Describir con un pincel lo que ve cuando sale de la Ciudad es su mejor tarea: Calles empedradas que adornan los pueblos y cuentan historias de colonización, ventanales y balcones coloridos, grandes casonas, jardines repletos de flores, mulas cargadas con café, arrieros, escaleras, personajes del pueblo, caseríos, sonrisas y cordialidad son expresiones, paisajes y sentimientos que comparte con nosotros en esta exposición.
Guillermo Santamaría no deja escapar detalle, el Jip por ejemplo repleto de gente que viene del pueblo con dirección a las veredas, los bultos de mercado, bultos de café que con esfuerzo cultivaron por varios meses, rostros cansados, otros alegres, hombres, mujeres y niños buscando un espacio para poder alcanzar el último viaje de la tarde, el polvo que se levanta con la velocidad, la tranquilidad del conductor que saca su mano por la ventanilla para luego mirar su reloj y percatarse de la hora que es, la placa, los colores, la hierva, los zapatos de cada uno de los campesinos, la cadena del carro, los morrales, bolsos, peinados, rostros, el espejo retrovisor, el poncho y cada uno de los detalles esenciales nos permite sumergirnos en la obra, en ese lugar, en ese espacio en ese tiempo que se vuelve real.
Guillermo Santamaría logra con su realismo, buen manejo de figura, forma y color hacernos sentir lo que él siente cuando suena un bambuco en una finca cafetera del suroeste antioqueño desde donde se divisan los rizados de café que se desbordan por las montañas, sin ponerle limite a la mirada y al resto de los sentidos, él a través de sus pinturas nos permite sentir el olor de la vida en el pueblo y en el campo. El hace de sus paisajes verdaderas estampas Antioqueñas.
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